Si os encontrais en París, un paseo en barco por el río Sena es una actividad obligada porque permite ver, desde un perspectiva totalmente diferente, los museos y monumentos.
De hecho se dice que quien vaya a Paris debería de hacer dos cruceros por el Sena, uno de día y otro de noche para ver dos escenarios magníficos del mismo espectáculo. Los circuitos son de aproximadamente una hora y los guías hablan en francés y en inglés pero los viajeros tienen a disposición auriculares con traducción.
Cuando estuve en París me hubiera encantado ir en barquito por el Sena con una cena jaja, pero no pudo ser, aunque merecerá la pena, la próxima vez que vaya, iré.
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